La empresa familiar está formada por tres subsistemas: familia capital y negocio, en un contexto cruzado por fuertes emociones.
Extraído del iEco Clarín EDUARDO PRESS
ESCUELA ARGENTINA DE PSICOLOGIA ORGANIZACIONAL
Una de las situaciones más complejas en las empresas de familia (EF) es la
gestión de personas, ya sea una gestión interna o externa. Vale la pena
recordar que podemos ver la EF como un sistema social formado, a su vez, por
tres subsistemas: familia, capital y empresa/negocio, en un contexto cruzado
por fuertes emociones. Cada uno de estos subsistemas tiene objetivos y
expectativas diferentes.
La familia busca la armonía, el capital busca
la rentabilidad y la empresa/negocio busca y necesita de la gestión. En estos
dos ámbitos es donde la gestión de personas adquiere relevancia.
Lo que suma complejidad es que, en su gran
mayoría, en las EF los miembros de la familia pertenecen simultáneamente a los
tres subsistemas: los accionistas y los que están al frente de la gestión son
de la familia. Es con estas personas con quienes tienen que lidiar los
responsables (cuando los hay) de la gestión de personas en las EF.
Actualmente existe más conciencia en los
dueños de empresas familiares y generaciones siguientes sobre la necesidad de
profesionalizar la gestión, pero, aun así, la gestión de personas es de las
últimas en ser formalizada.
Cuando uno pregunta a un dueño de EF quién se
ocupa del área, las respuestas más habituales son: “la nena” o “mi señora,
porque tiene carácter” o “porque sabe llevar bien a la gente”. La mayoría de
las veces estas funciones quedan limitadas al pago de sueldos, control de
asistencia, vacaciones, etc.
Una gestión profesionalizada tiene la
responsabilidad de encontrar las personas adecuadas, que agreguen valor a
futuro, que permanezcan en la empresa y estén atentas al clima de trabajo.
Los miembros de la familia son los que acceden
a los puestos directivos.
La condición de familiar atraviesa la
jerarquía y el organigrama.
Las decisiones dependen de una sola cabeza.
Se confunden los objetivos empresa/familia.
Habitualmente impera mucho desorden y
desprolijidad en la toma de decisiones.
Las instrucciones y consignas cambian
rápidamente y sin aviso.
Quién o quiénes son los referentes suele ser confuso
y/o ambiguo.
La gestión se organiza alrededor de personas
(familiares) y no de funciones.
Por torpeza e ignorancia.
El dueño tiende a hacer todo personalmente, le
cuesta delegar, espera que las cosas se hagan tal cual él las hace, por lo que
es raro que esté conforme con el trabajo que hacen los otros.
Los emprendedores suelen buscar más sumisión
que eficiencia.
Es un negocio, en un mundo capitalista, con
una organización de gestión (la familia) precapitalista. Por lo tanto, es una
problemática mayormente cultural. “Porque siempre se hizo así”, es la cultura
de las EF.
Ayudar a los propietarios/emprendedores a
transformarse en empresarios. Ayudarlos a que se concentren en qué hay que
hacer y delegar el cómo hacerlo: un cambio cultural en las EF.
Ayudar a crear conciencia sobre los beneficios
de contar con un buen equipo de gestión y apoyo.
De no ser así, los mandos medios, en lugar de
formar equipo, se convierten en sumisos, con un bajo nivel de aporte personal.
¿Profesionales, para qué?
Un buen equipo de gestión y apoyo les permite a los
propietarios/emprendedores pensar y definir las estrategias del negocio,
planificar, generar oportunidades para nuevos negocios, crecer y dejar una
empresa sustentable a las siguientes generaciones.